El miedo en la escalada

Al escalar, el organismo se somete a un medio donde todos los movimientos son realizados de una manera no familiar, por lo que es necesario desarrollar nuevos reflejos y adaptar la naturaleza de los mismos.

La escalada, como todo lo desconocido, tiende a poner alerta nuestros sentidos debido a la gran posibilidad de caída . Al principio no importa que escalemos en piñata (top rope), de cualquier manera la mente no está acostumbrada e igualmente sentirá miedo a caer incluso cuando es seguro.

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El miedo

Constituye una total y natural respuesta del organismo ante situaciones de peligro y es el motor de nuestra autoconservación.

El miedo prepara todo nuestro organismo para movimientos, reflejos y reacciones veloces. Está definido como la preparación del cuerpo para la huida o para el ataque, y es una condición natural.

Sin embargo, en la escalada necesitamos tranquilidad y paz mental.

La base de la escalada es ahorrar energía y ser económicos en cuanto a movimientos. Por esto es necesario desarrollar las habilidades necesarias para escalar con eficacia.

Resultados adversos provocados por el miedo:

  • Respiración agitada e ineficaz
  • Pérdida de concentración
  • Movimientos imprecisos y al azar
  • Utilizar más fuerza de la necesaria para sujetarnos
  • Incapacidad de comunicarse
  • Elevación del ritmo cardiaco
  • Sudoración excesiva

En primer lugar es vital que la respiración sea adecuada para poder mantener oxigenado al organismo y para poder rendir bien. Al estar alterados respiraremos rápidamente pero con inhalaciones cortas, por ende, mala oxigenación.

La pérdida de concentración alimentará el miedo pues haremos movimientos torpes y sin sentido que agravan nuestra sensación de peligro.

Los movimientos innecesarios gastan energía y no colaboran con nuestro avance en la escalada. Es necesario ser precisos.

Cuando nos movilizamos utilizamos energía y es un punto vital saber ahorrarla para estar listos en los movimientos más difíciles de la ruta.

El miedo hará que nos sujetemos más fuerte de los agarres cuando no es necesaria tanta fuerza. De este modo cansaremos el músculo y perderemos su capacidad de respuesta para cuando lo necesitemos.

Adicionalmente nuestro pulso aumentará y sudaremos más. En estos casos nos provocará más problemas pues unas manos húmedas no pueden sujetarse con firmeza.

Cuando uno está asustado, es sumamente difícil comunicarse con el asegurador o con cualquier otra persona. Es necesario prepararse mentalmente y así poder encarar cada reto de acuerdo a lo aprendido.

Entrenamiento mental para escalada

Antes de escalar una ruta es necesario sentarse, respirar y observar el recorrido haciéndolo mentalmente. La visualización de una ruta es uno de los primeros aspectos. También es frecuente realizar los movimientos desde el suelo, lo cual se ve un poco curioso pero prepara la mente.

La motivación es muy importante y se mantendrá si tenemos un objetivo claro y definido. De lo contrario, el miedo puede poner en marcha un mecanismo de defensa para que no subamos a la ruta. En este caso los síntomas son: sueño, pérdida del apetito, pesadez mental y falta de interés.

Para contrarrestar todo esto es necesario querer subir, es así de sencillo. Hay un límite de lo que podemos hacer para motivarnos y una línea que marca cuándo no queremos escalar realmente o no nos sentimos preparados para la ruta en cuestión. En estos casos podemos escoger, pero es recomendable prepararse más y evitar correr el riesgo de lesionarnos o dejar una huella negativa en nuestra memoria.

El calentamiento físico va de la mano con el calentamiento mental.

La respiración es factor clave. Si mantenemos nuestro cuerpo bien oxigenado, nuestro rendimiento será mayor.

Lo mejor es no pensar...

Eso es lo que dicen muchos escaladores. Aquí hay conflicto pues por no pensar hay lesionados en muchos deportes.

Sin embargo, esta frase se refiere a que cuando hay que subir, hay que subir. No detenerse a pensar a menos de que sea necesario, y sobre todo no pensar en las cosas negativas de la escalada a menos que exista un riesgo real.

El miedo a la caída puede hacernos perder la concentración. Cuando escalamos concentrados y caemos, sencillamente ni nos damos cuenta. Igualmente cuando tenemos miedo y caemos, el organismo reacciona y el segundo intento inmediato se hará con poco miedo, y el siguiente con menos miedo aun. Luego de esto recordaremos y podremos notar que la mente quedó en blanco en ése momento, conservando la atención en actuar.

Es difícil manejar todos estos aspectos, sin embargo es por esto que la escalada es tan completa pues se requiere de una buena condición física y mental.

Es importante no subestimar estos aspectos pues podemos tener buena condición física pero una mente que no sabe manejar las situaciones, podemos tener mucha motivación pero no tener la preparación adecuada para sujetarnos y escalar.

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