Actividades de cuerdas altas y cuerdas bajas

Las dinámicas de cuerdas están conformadas por un conjunto de actividades que se realizan mediante la ayuda de diferentes elementos categorizados en: Elementos Bajos y Elementos Altos. Los Elementos Bajos están enfocados hacia el trabajo en equipo, mientras que los Elementos Altos se orientan hacia el individuo y sus capacidades frente a los retos y toma de decisiones. En estas dinámicas los facilitadores llevan una secuencia con el fin de lograr la participación de todo el equipo llevándolos a un proceso de maduración de las experiencias. Durante la participación en las dinámicas se presenta una evolución en los estados de cada individuo que los lleva desde el estado de confort hasta el estado de inseguridad y miedo. Los límites de cada estado varían de persona en persona, por ello todas las dinámicas se trabajan por escogencia, es decir que en las actividades, participa por decisión propia quien quiera hacerlo. Una vez que los participantes se van involucrando en las actividades, guiados por el facilitador dentro de la secuencia requerida, los retos van siendo aceptados prevaleciendo el principio de la escogencia.


Cuerdas Bajas: Las actividades de Cuerdas Bajas, se denominan así, debido a que se realizan con elementos (bajos) que van desde el nivel del piso hasta un poco menos de dos metros de altura. Estas dinámicas presentan actividades físicas que requieren la implementación de un plan y la búsqueda de soluciones. Todas estas actividades están orientadas hacia el trabajo en equipo, fomentando el desarrollo de estrategias, mejora de la comunicación y establecimientos de vínculos de confianza. Además demandan creatividad, liderazgo, planificación, comunicación y optimización de los recursos del equipo.


Cuerdas altas: Las actividades de Cuerdas Altas consisten en una serie de dinámicas que se realizan con elementos (altos) que se encuentran por encima de los cinco metros de altura, utilizando estructuras y/o árboles, además de un equipo técnico de seguridad para los participantes y facilitadores.


Todas las dinámicas están diseñadas para llevar a los participantes a realizar esfuerzos físicos y mentales, en elementos especialmente construidos para ello. Estos pueden ser, puentes colgantes, péndulos, tirolinas, escaleras, entre otros. (ver más).


La experiencia de correr riesgos en equipo lleva a la unión de sus integrantes, reflejando el potencial individual y la sinergia colectiva. Al finalizar los talleres vivenciales, los participantes se nutren en los procesos de retroalimentación con un fuerte sentido de solidaridad, comunión, revelación y consolidación de valores personales y valores compartidos, elevando los niveles de confianza entre los miembros del equipo.


Las experiencias y vivencias adquiridas mediante este tipo de actividades integradas en talleres vivenciales, generan oportunidades para desarrollar metáforas inspiradoras para el equipo con relación a su funcionamiento en sus empleos y organizaciones. Los facilitadores generan la etapa de procesamiento, llevando a los integrantes de los equipos a descubrir metáforas y analogías y a procesar sus consecuencias y resultados para que el equipo pueda llevar sus comportamientos y estrategias hacia acciones proactivas, productivas y eficientes en un proceso de transferencia o aplicación.


Estas actividades son utilizadas alrededor del mundo en procesos de aprendizaje y auto-conocimiento, educación física, turismo, recreación, terapias físicas y mentales, etc.

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