Desarrollar fuerza en los dedos, es uno de los
trabajos más importantes que debe realizar cualquier escalador. Muchas
veces, en la medida en la que se tiene tendones más fuertes, el nivel
aumenta progresivamente. Pero para lograr esto, hace falta ser constante
con varias normas que ayudan a acrecentar esta fuerza sin perjudicarnos
o lesionarnos.
Lo primero y más importante es el calentamiento. Es bien sabido que antes de comenzar a realizar cualquier ejercicio es necesario calentar bien los músculos que se utilizarán. El debido calentamiento y estiramiento nos prevendrá de cualquier daño innecesario en las articulaciones de los dedos o en los tendones.
A pesar de que el calentamiento no prepara los dedos como lo hace con los músculos en general, éste ayuda a que las articulaciones se llenen de un líquido lubricante (sinovial) que permite mejor movimiento, amortiguación y menos fricción. Además, aumentará el flujo sanguíneo y hará más sensibles las yemas de los dedos.
Se debe comenzar calentando con movimientos constantes y poco forzados, para luego realizar travesías o boulders con presas o agarres que trabajen diferente la tensión de los dedos. Primero con presas grandes y luego con más pequeñas.
Habitualmente, los dedos tardan unas tres semanas en alcanzar una buena comodidad en presas de cierto tamaño, como para migrar a aquellas más pequeñas. Empezar con agarres pequeños sin un entrenamiento adecuado, puede lesionar a cualquier principiante.
También es necesario entender que la forma en la que se entrena la fuerza de los dedos, es muy distinta a como se trabaja con los brazos. Los dedos prosperan de manera mucho más lenta que los músculos de los brazos, ya que la mejora va al paso en el que éstos tardan en acostumbrarse a agarres cada vez más pequeños.
Cada presa tiene una forma de empuñe diferente, por lo tanto es necesario aprender y memorizar cómo se debe agarrar cada una, incluyendo cuando éstas se encuentran en diferentes posiciones y situaciones (positiva, negativa, placa, extraplomo, etc.)
Hay que tratar de manejar nuestro peso para que la posición y ángulo de los dedos sea efectiva y tenga un mayor agarre por más tiempo. Si no tomamos la presa en la posición apropiada, lo más probable es que la resistencia de nuestros tendones se agote rápidamente.
Para entrenar esta fuerza sirve colgarnos por unos 30 segundos, sólo con los dedos, en diferentes presas e ir reduciendo los tamaños de las mismas progresivamente.
Por supuesto, no está de más mencionar que hay que tener mucho cuidado con los entrenamientos, dado que existen lesiones tan comunes como la tendinitis. Ésta consiste en una inflamación de los tendones extremadamente dolorosa, que evitará que podamos escalar en semanas. Para su cura es necesario el descanso absoluto de la zona afectada.
Por último, se podría decir que la clave para alcanzar unos dedos y tendones fuertes, es la paciencia y la constancia.